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Buenas tardes. Me llamo Isaac y soy uno de los fundadores de este humilde blog que versará sobre Derecho en todas y cada una de sus multiples facetas.

¿Por qué hablar de Derecho?

Asumamoslo, todos estamos inmersos en Derecho, nos guste o no. Todo empieza desde que nacemos (incluso a veces antes) que es cuando, en esta sociedad de lo que llamo “de realidades creadas”, producimos una repercusión jurídica.

Con el mero hecho de ser sujetos pasivos del Derecho nos estamos incluyendo en una realidad de los hombres y para los hombres en nuestra condición de hombres. Realidad que con el tiempo no sólo ha abarcado el dominio facto de este, sino que va más lejos, y sin dudarlo un instante toma posesión de cualquier cosa ya fuere material o inmaterial y así recoge en diversas normativas basadas en cuanto pueda ser usado o requerido.

He hecho mención a una realidad de hombres. He dicho hombres porque en inicio la ley sólo regula las relaciones humanas, lo que de una persona implica a otra. Así pues desde que nace la sociedad se crea la ley cómo necesidad a establecer un orden que cohesione al conjunto de los hombres.

El Derecho va más allá. Según evoluciona esta sociedad y llegado cierto momento, nacen los gremios. Las primeras personas jurídicas a mi entender, de ahí que a posta no mentase la palabra persona en un inicio. De las personas jurídicas ya hablaré más adelante, no sin antes precisar que el termino persona jurídica no es tan antiguo, y que un gremio no constituye una persona jurídica real a como entendemos a día de hoy.

Como decía anteriormente, el ser humano se apropia de las realidades que crea y estas se ven plasmadas en normativa. En ley si prefieren señores. Nada queda alejado de la mano del hombre, todo se regula, se mira y se mide.

Con razón los cristianos dicen que estamos hechos a imagen y semejanza de Dios, pues si él no deja nada a su libre albedrío se ve que nosotros, usando como herramienta el Derecho, tampoco.

Entonces si el Derecho es nuestra herramienta para plasmar todo el mundo que nos rodea así como las realidades que le hemos atribuido ¿Por qué no hablar de él?

Es díficil, por no decir imposible, nadar sin tragar algo de agua. Yo ya lo he asumido.

Un cordial saludo.